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in Revista de Psicología
Preferencias aculturativas y su relación con la sensibilidad intercultural y el bienestar
Resumen:
La migración, desde una perspectiva psicosocial, es concebida como un proceso que moviliza cambios sociocognitivos y culturales bidireccionales, tanto desde procesos de ajuste de la sociedad receptora como de la población extranjera. De acuerdo con el Modelo Interactivo de Aculturación de Bourhis y colaboradores (1997), las preferencias de aculturación de los miembros de las comunidades receptoras determinan en gran medida la calidad de las relaciones e intercambios que se establecen con los grupos migrantes, delimitando el grado y tipo de participación que se les permite dentro de la sociedad. El objetivo de este trabajo es explicar la variabilidad de cada una de las preferencias aculturativas de miembros de la sociedad receptora mediante dimensiones del bienestar y la sensibilidad intercultural. La muestra estuvo compuesta por 255 estudiantes universitarios y sus familias que habitan en Santiago, donde el porcentaje de mujeres y de 68,2% y de hombres de 31,8%. Las edades fluctuaron entre los 18 y 75 años. Los resultados muestran relaciones entre las distintas preferencias aculturativas, el bienestar y las dimensiones de la sensibilidad intercultural. Finalmente, las preferencias aculturativas de la sociedad receptora están influidas por variables individuales que pueden ser entrenadas como la sensibilidad intercultural y distintas dimensiones del bienestar.
Introducción
Durante las dos primeras décadas del siglo XXI, las transformaciones sociales y económicas experimentadas en Chile han configurado un nuevo patrón migratorio. Este perfil se caracteriza por un importante incremento en el número de inmigrantes; provenientes mayoritariamente (90,96%) desde otros países de América Latina (Instituto Nacional de Estadisticas, 2020; Stefoni, 2011).
Desde una perspectiva psicosocial, la migración ha sido definida como el proceso que genera cambios sociocognitivos y culturales tanto en las poblaciones inmigrantes como en las sociedades que los reciben ( Berry, 1997 ; Bourhis, Moïse, Perreault, & Senécal, 1997). Si bien , las investigaciones sobre la migración internacional se han enfocado en los grupos de inmigrantes, durante los últimos años ha aumentado el interés por comprender los alcances y efectos de este proceso en los miembros de las sociedades receptoras (Bourhis & Dayan, 2004; Lefringhausen, 2015 ; Sapienza, Hichy, Guarnera, & Di Nuovo, 2010; Snell & Zhou, 2015). Esto se debe al importante rol que tienen las actitudes y percepciones de los grupos mayoritarios en el ajuste de las personas inmigrantes. Las percepciones de los miembros del país receptor determinan no solamente la calidad del contacto intergrupal cotidiano, sino que también influyen al apoyar políticas sociales que pueden favorecer su inclusión o tener efectos negativos como la legitimización de la discriminación, la estigmatización y la exclusión (Bourhis et al., 1997 ).
Preferencias aculturativas
Bourhis et al. (1997 ), en su Modelo Interactivo de Aculturación, han propuesto que las relaciones e intercambios que se producen entre los miembros del país receptor y los grupos de migrantes dependen, en gran medida, de las preferencias aculturativas de los primeros, pues estas limitan el grado y el tipo de participación que se les permite a los grupos minoritarios en la sociedad. Estas se elaboran a partir de las ideologías en las que se sostienen políticas públicas sobre migración que prevalecen en los diferentes países, y que operan como marco de referencia para representarse el lugar que ocupan los inmigrantes en la estructura social. Las preferencias aculturativas reflejan, por una parte, la medida en que se espera que los inmigrantes preserven las prácticas, creencias y valores de su cultura de origen; y, por otra, el grado en que se desea que incorporen la cultura de la sociedad receptora (Bourhis et al., 1997 ).
El modo en que se gestionan estas dos cuestiones puede dar lugar a cinco preferencias aculturativas: integracionismo, individualismo, asimilacionismo, exclusionismo y segregacionismo. El integracionismo se produce cuando los miembros de la sociedad receptora están disponibles y valoran positivamente la preservación de las culturas de origen de los inmigrantes, y, al mismo tiempo, que estos grupos aprendan aspectos de la cultura mayoritaria. En el caso del individualismo, los miembros de la sociedad receptora se definen a sí mismos y a los demás ¬—incluidos los inmigrantes— como individuos más que como miembros de categorías grupales, haciendo hincapié en las características y aspiraciones personales y en la movilidad social. El asimilacionismo se produce cuando la sociedad receptora plantea el deseo de que los inmigrantes renuncien a su identidad cultural para aceptar la cultura de los grupos mayoritarios; mientras que la preferencia por el segregacionismo significa aceptar que los inmigrantes conserven su cultura de origen, siempre que permanezcan en la periferia de la sociedad de receptora sin influir en la cultura mayoritaria. Por último, el exclusionismo se define como la intolerancia hacia la preservación de la cultura de origen y el rechazo que los inmigrantes aprendan la cultura local (Montreuil & Bourhis, 2001, 2004).
Estudios recientes realizados con poblaciones chilenas tanto de Santiago como de Concepción (Mera, Martínez-Zelaya, Bilbao, & Garrido, 2017) sugieren que se podría estar configurando un patrón en las preferencias de aculturación de los miembros de la sociedad receptora chilena. Los resultados de estos estudios coindicen al mostrar que las preferencias aculturativas que predominan en los participantes son, por un lado, aquellas centradas en la tarea sin importar la expresividad cultural, y por otro, aquellas que se orientan al intercambio intercultural mutuo. Las preferencias que suponen que los inmigrantes abandonen las prácticas propias de las culturas de origen, o se asimilen a los patrones locales han sido respaldadas en menor medida por los participantes de estas investigaciones. Esta tendencia daría cuenta de un escenario relativamente favorable para la convivencia intercultural con inmigrantes.
Por otra parte, es importante destacar que Bourhis et al. (1997 ) proponen que los sujetos desarrollan todas estas preferencias de manera simultánea y en diferentes grados. Las condiciones del contexto determinarán cuáles de ellas se activarán y orientarán la interacción con los miembros de grupos de inmigrantes, lo que las vuelven dinámicas e interrelacionadas (Barrette, Bourhis, Personnaz, & Personnaz, 2004).
Por ejemplo, la evidencia acumulada (Bourhis & Dayan, 2004; Montreuil & Bourhis, 2001; Montreuil, Bourhis, & Vanbeselaere, 2004; Piontkowski, Rohmann, & Florack, 2002; Sirlopú & Van Oudenhoven, 2013) confirma que el grado en que los grupos inmigrantes sean percibidos como competidores por recursos materiales y/o simbólicos, y que las expectativas acerca del contacto intergrupal sean negativas, incidirán en el despliegue de las preferencias aculturativas por parte de la sociedad receptora. Así también, el prejuicio, la distancia cultural percibida y las experiencias de contacto previo han mostrado tener un rol importante en la construcción de las preferencias de aculturación (Bouhris et al, 1997; Mera-Lemp, Martínez-Zelaya, Bilbao, & Orellana, en prensa; Sirlopú & Van Oudenhoven, 2013)
Bienestar
El bienestar subjetivo ha sido definido como el resultado de la exploración de objetivos positivos en la vida. De esta manera, el bienestar eudaimónico ( Waterman, 1993 , 2008) se vincula con el concepto de autorrealización como una forma de funcionamiento óptimo en lo que respecta a la naturaleza de la felicidad (Ryan & Deci, 2001; Ryan, Huta, & Deci, 2008). Ahora bien, la perspectiva del bienestar subjetivo-cognitivo, o de evaluación de la satisfacción con los dominios y con la vida del sujeto, se vincula en parte al bienestar eudaimónico, ya que incluye la percepción del grado de realización de las expectativas del sujeto consigo mismo y en diferentes aspectos de su vida (Díaz, Stavraki, Blanco, & Gandarillas, 2015). Por lo tanto, el bienestar eudaimónico se centra en el estudio del bienestar psicosocial y del desarrollo del potencial humano. (Keyes Shmotkin, & Ryff, 2002; Ryff, 1989 ; Ryff & Keyes, 1995).
Este trabajo intenta incorporar el enfoque de la eudaimonía y su relación con las preferencias aculturativas de chilenos como miembros de una sociedad receptora de inmigrantes. Desde esta perspectiva ( Ryff, 1989 ), el bienestar psicológico es definido como un constructo multidimensional que involucra el desarrollo de las capacidades y el crecimiento personal, la autoaceptación, el sentimiento de control sobre el entorno y el establecimiento de relaciones positivas con los otros. Esta aproximación resulta particularmente interesante en el contexto de la sociedad de acogida en torno a la inmigración, pues pone de relevancia aspectos y experiencias de la vida cotidiana que pueden ser afectadas durante el proceso de llegada de nuevos actores sociales y que pueden incidir en las actitudes que se desarrollan hacia ellos. Aun cuando los estudios sobre la relación del bienestar psicológico con las preferencias aculturativas de los miembros de sociedades receptoras son muy escasos (Mera et al., 2017 ; Mera-Lemp, Martínez-Zelaya et al., en prensa; Migliorini, Rania, & Cardinali, 2016), este trabajo intenta abrir un camino evidenciado la existencia de asociaciones entre ambas variables.
La evidencia internacional acerca de esa relación indica que existen relaciones positivas entre el bienestar y el deseo de que los inmigrantes se integren a la sociedad (Migliorini et al., 2016 ). Asimismo, el bienestar se relaciona con el exclusionismo de forma inversa (Migliorini et al., 2016 ). De la misma forma, un estudio en el contexto sociocultural chileno mostró que aquellos sujetos con un perfil aculturativo individualista presentaban niveles de bienestar superiores a aquellos integracionistas y exclusionistas, implicando que en Chile un perfil individualista podría ser más adaptativo que otro, tanto para la población local como para la población migrante (Mera et al., 2017 ).
Asimismo, algunos autores (Mera et al., 2017 ; Mera-Lemp, Martínez-Zelaya et al., en prensa; Migliorini et al., 2016) han sugerido que las preferencias de aculturación pueden tener como antecedente el bienestar percibido por los miembros de las sociedades receptoras. Mera et al. (2017), en una muestra de adultos chilenos encontraron relaciones significativas entre el bienestar social, sus dimensiones y las preferencias de aculturación. La preferencia aculturativa de individualismo se relacionó positivamente con la integración social (r = ,12; p < ,01); el segregacionismo se asoció positivamente con el bienestar social global (r = ,13; p < ,01); mientras que este se relacionó negativamente con el exclusionismo y el asimilacionismo (r = -,16; p < ,001; r = -,16; p < ,01; respectivamente) (Mera et al., 2017 ).
Además, en un estudio anterior que utilizó muestras mundiales (Martínez-Zelaya, Bilbao, & Páez, 2015) se vinculó, tanto a nivel micro como macrosocial, los valores individualistas con el bienestar de los sujetos. Estas relaciones fueron positivas con el indicador cognitivo así como con el indicador afectivo del bienestar a nivel individual como colectivo. A nivel colectivo se asoció de la misma forma tanto los valores personales de Schwartz (medidos en la Encuesta Mundial de Valores), así como las dimensiones culturales realizadas por el Proyecto Globe, medidas de nivel colectivo ampliamente utilizadas en los estudios transculturales (Martínez-Zelaya et al., 2015 ).
Sensibilidad intercultural
Algunos autores han propuesto que las actitudes hacia los grupos culturalmente minoritarios y sus miembros se relacionan también con el grado en que las personas desarrollan competencias para gestionar las diferencias culturales (Leung, Ang, & Tan, 2014; Rodenborg & Boisen, 2013). Se entiende como competencia intercultural aquella habilidad para pensar y actuar de manera exitosa en contextos interculturales diversos (Hammer, Bennett, & Wiseman, 2003), que se relaciona con aquellas capacidades, conocimientos y actitudes que permiten relacionarse satisfactoriamente con personas de diferentes orígenes nacionales y culturales (Johnson, Lenartowicz, & Apud, 2006).
Un aspecto que cobra relevancia en el proceso de construcción de nuevas relaciones intergrupales entre los miembros de las sociedades receptoras y los grupos inmigrantes es la comunicación intercultural, entendida como la capacidad para comunicarse con personas de otras culturas de manera apropiada y efectiva, teniendo en cuenta las características del contexto (Chen & Starosta, 1998). Esta capacidad involucra habilidades cognitivas, afectivas y conductuales, que se expresan en la habilidad para decodificar de manera consciente las diferencias y similitudes culturales, y que dependen del grado de desarrollo de sensibilidad intercultural alcanzado por quienes se comunican (Chen & Starosta, 2000).
La sensibilidad intercultural se conceptualiza como la dimensión afectiva de la comunicación intercultural, que facilita la consciencia de que los otros difieren en conductas, percepciones y sentimientos en los procesos de comunicación intercultural, aceptándolos y respetándolos ( Bennet, 1986 ; Chen & Starosta, 1998, 2000). Esta habilidad facilita el desarrollo de emociones positivas hacia el entendimiento y valoración de las diferencias culturales y, en consecuencia, promueve un comportamiento adecuado y efectivo en la comunicación intercultural. Así, la sensibilidad intercultural implica tanto la visibilización y afirmación de las diferencias culturales, como el rechazo de perspectivas etnocéntricas en torno a estas. La aceptación y el respeto por la diversidad cultural suponen reconocer que las diferencias entre personas provenientes de distintos grupos no son producto de particularidades individuales expresadas a nivel colectivo, sino que se deben a su pertenencia cultural y social ( Alexandra, 2018 ; Bhawuk, Sakuda, & Munusamy, 2008; Kim & Van Dyne, 2012).
La sensibilidad intercultural involucra cinco dimensiones. En primer lugar, la implicación en la interacción, que se relaciona con el grado de participación en interacciones de comunicación intercultural. En segundo lugar está el respeto por la diferencia, que implica ser consciente de la diversidad cultural, aceptarla y respetarla. La tercera dimensión es la confianza en la interacción, que da cuenta de cuán confiados se sienten los interlocutores durante la comunicación intercultural. En cuarto lugar, el disfrute en la interacción tiene que ver con la sensación de agrado en el trascurso de la interacción comunicativa con miembros de otras culturas. Por último, la dimensión de atención en la interacción consiste en la habilidad para recibir y responder apropiadamente a mensajes en el encuentro con el otro diferente (Bhawuk et al., 2008 ).
Diferentes estudios han aportado evidencia sobre la asociación entre competencia intercultural y medidas de contacto intergrupal de mejor calidad (Briones, Verkuyten, Cosano, & Tabernero, 2012; Mera-Lemp, Bilbao, Martínez-Zelaya, & Garrido, en prensa). Algunos autores han sugerido que la capacidad de decodificar la información de otras culturas y actuar en coherencia con aquello, se asociaría con preferencias aculturativas más salutogénicas (integracionismo, por ejemplo) y que, por el contrario, una menor capacidad para comunicarse con miembros de otros grupos culturales se vincularía con estrategias menos salutogénicas, como segregacionismo, exclusionismo y asimilacionismo (Migliorini et al., 2016 ),
El objetivo de este trabajo exploratorio es establecer relaciones entre el bienestar, la sensibilidad intercultural y las preferencias de aculturación. Se busca explicar la variabilidad de cada una de las preferencias aculturativas de miembros de la sociedad receptora, mediante dimensiones del bienestar y la sensibilidad intercultural de los participantes del estudio.
Método
Participantes
La muestra estuvo compuesta por 255 estudiantes universitarios y sus familias que habitan en Santiago, donde el porcentaje de mujeres fue 68,2% y de hombres, 31,8%. Las edades fluctuaron entre los 18 y 75 años (M = 34,06; SD = 11,98). El 64,7% se encuentra soltero, el 21,2% está casado, y el 14,1% en alguna otra situación sentimental (unión civil, convivencia sin vínculo legal, viudez u otra). Respecto del nivel educativo, el 49% de la muestra tiene estudios universitarios, el 22,7% tiene estudios técnicos profesionales, y solamente el 5,9% tiene estudios de posgrado. Respecto de la ocupación el 66,3% se encuentra trabajando con alguna modalidad de contrato (contrato indefinido red, plazo fijo, contrata u honorarios).
Instrumentos
Preferencias de aculturación. Se utilizó la subescala Mantención cultural, de la Escala de Aculturación para la sociedad receptora (Montreuil & Bourhis, 2001), traducida al castellano por Azurmendi y Larrañaga (2008 ) y adaptada a Chile por Sirlopú, Melipillán, Sánchez y Valdés (2015 ). La escala consta de cinco ítems tipo Likert con siete opciones de respuesta (1 = totalmente en desacuerdo; 7 = totalmente de acuerdo). Cada uno de estos ítems corresponde a una preferencia aculturativa (asimilacionismo, segregacionismo, exclusionismo, individualismo e integracionismo) y refieren al grado en que los sujetos desean que los inmigrantes mantengan su cultura de origen y, al mismo tiempo, incorporen la cultura de la sociedad receptora. Al corresponder cada pregunta a una orientación de preferencia a la cultura específica no se justifica un análisis de fiabilidad, ya que todas las preferencias aculturativas pueden darse en simultáneo y no necesariamente funcionan en conjunto como una escala, sino que son tendencias que se expresan en la cotidianidad del sujeto. Es por esto que se utilizará cada ítem por separado. El ítem utilizado para cada uno de las preferencias aculturativas fue: asimilacionismo: “Los inmigrantes latinoamericanos deberían abandonar su cultura de origen para adoptar la nuestra”; segregacionismo: “Los inmigrantes latinoamericanos pueden mantener su cultura de origen, mientras no influya en la nuestra”; exclusionismo: “Nosotros no tenemos nada que ganar con la presencia de los inmigrantes latinoamericanos y de su cultura”; individualismo: “Que los inmigrantes latinoamericanos conserven su cultura o adopten la nuestra no tiene ninguna importancia, ya que cada individuo es libre de elegir la cultura que le conviene”; e integracionismo: “Los inmigrantes latinoamericanos deberían mantener su cultura de origen, y al mismo tiempo, adoptar la nuestra”.
Bienestar psicológico. Se utilizó la Escala de Bienestar Psicológico de Ryff (1989 ), adaptada al español por Díaz et al. (2006), y validada para Chile por Bilbao Ramírez (2008 ). Consta de 29 preguntas con formato de respuesta tipo Likert que oscila entre 1 (totalmente en desacuerdo) y 5 (totalmente de acuerdo), con afirmaciones como “en general, me siento seguro y positivo conmigo mismo”. Esta escala consta de 6 dimensiones: autoaceptación (α = ,863; Ω = ,864), relaciones positivas con otros (α = ,746; Ω = ,749), autonomía (α = ,739; Ω = ,747), dominio del entorno (α = ,710; Ω = ,717), crecimiento personal (α = ,810; Ω = 8,28); y propósito en la vida (α = ,866; Ω = ,867). La escala tiene una adecuada fiabilidad general (α = ,933; Ω = ,940). Los índices de bondad del ajuste de la muestra se ajustan de la siguiente forma: Model Fit: χ2(326, N = 255) = 691,294; p. < 0.001; CFI = 0,991; TLI = 0,989; NNFI = 0,989; PNFI = 0,789; SRMR = 0,066; RMSEA = 0,066 (90% CI [0,060; 0,073]). El modelo presenta unos adecuados índices de ajuste (Hu & Bentler, 1999; Yu, 2002 ).
Sensibilidad intercultural. Se utilizó la Escala de Sensibilidad Intercultural de Chen y Starosta (2000 ), traducida al español por Alonso (2011 ). La escala consta de 24 ítems con una forma de respuesta estilo Likert de 5 puntos, que oscila entre 1 (muy en desacuerdo) y 5 (muy de acuerdo). Esta escala mide cinco dimensiones de la sensibilidad intercultural: implicación en la interacción (α = ,740; Ω = ,744); respeto por la diferencia (α = ,741; Ω = ,749); confianza en la interacción (α = ,752; Ω = ,760); disfrute en la interacción (α = ,760; Ω = ,762); y atención en la interacción (α = ,611; Ω = ,629). La escala tiene una adecuada fiabilidad general (α = ,906; Ω = ,909). Dada la no existencia de validaciones para Chile, se presentan los índices de ajuste de la escala arrojados por un análisis factorial confirmatorio (CFA) realizado sobre la muestra. Los índices de bondad del ajuste de la muestra se ajustan de la siguiente forma: Model Fit: χ2(206; N = 255) = 482,989, p. < 0,001; CFI = 0,984; TLI = 0,980; NNFI = 0,980; PNFI = 0,792; SRMR = 0,073; RMSEA = 0,073 (90% CI [0,064; 0,081]). El modelo presenta unos adecuados índices de ajuste y los índices de error son algo superiores a lo esperado, sin embargo, se encuentra en rangos adecuados (Hu & Bentler, 1999; Yu, 2002 ). Aun cuando la dimensión de atención en la interacción no tiene una fiabilidad optima, dado los índices de ajuste del modelo, se optó por utilizar la escala con la estructura original.
Procedimiento
Se realizó un muestreo por conveniencia, y la administración de los instrumentos fue realizada por el investigador principal y estudiantes de pregrado que recibieron una capacitación especial para tal efecto. La participación en el estudio fue de carácter voluntario, garantizando y resguardando la confidencialidad y el anonimato. Los participantes fueron encuestados de manera individual entre los meses de marzo y diciembre de 2018, y respondieron un cuadernillo que contenía las escalas de preferencias de aculturación, bienestar psicológico y sensibilidad intercultural, además de datos sociodemográficos. Se proporcionó el tiempo necesario para que pudieran completar el instrumento de acuerdo con lo solicitado.
Análisis de datos
Los datos fueron analizados utilizando el software estadístico SPPS 23.0. Con el fin de realizar los análisis correlaciones, los puntajes directos de los participantes se estandarizaron a puntajes Z. Posteriormente, se realizó un análisis de regresión lineal para intentar explicar la variabilidad de la varianza de cada una de las preferencias de aculturación de los chilenos, utilizando las dimensiones del bienestar psicológico y de la sensibilidad intercultural como predictores.
Aspectos éticos
El proyecto y los consentimientos informados fueron sometidos a la evaluación de un comité de ética científica acreditado, y se siguieron todos los procedimientos éticos necesarios para el respeto de los derechos humanos en el estudio con personas, tal como lo señalan los convenios internacionales y los comités de ética institucionales del país. Todos los encuestados participaron de manera voluntaria y fueron debidamente informados acerca del objetivo y las características de este estudio. Los participantes firmaron consentimientos informados en los cuales se aseguraba la confidencialidad y anonimato de la información producida, antes de contestar los instrumentos de evaluación. La información fue tratada de manera confidencial, y se eliminó cualquier elemento que pudiera dar cuenta de la identidad de los sujetos.
Resultados
Preferencias aculturativas y su relación con bienestar psicológico y sensibilidad intercultural
En la tabla 1 se presentan los estadísticos descriptivos de los puntajes en las preferencias de aculturación, bienestar psicológico y sensibilidad intercultural de los participantes. Respecto de las preferencias aculturativas, se observa que los puntajes de individualismo e integracionismo son altos, lo que señala un grado de acuerdo con dichas preferencias; segregacionismo muestra un puntaje neutro, mientras que el asimilacionismo y el exclusionismo presentan puntajes bajos, lo que implica un grado de desacuerdo con este tipo de preferencias.
No se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres en los puntajes de bienestar psicológico ni en sensibilidad intercultural. En cuanto a las preferencias aculturativas, no existen diferencias significativas salvo en integración (mujer M(174) = 4,15; SD = 1,70; hombre M(81) = 4,79, SD = 1,63; t(153) = -2,832; p = ,005). Por lo anterior, en adelante se tomará como solo un grupo sin hacer diferencias por sexo.
En la tabla 2 se pueden observar las correlaciones entre las dimensiones de bienestar psicológico, las dimensiones de la sensibilidad intercultural y las preferencias de aculturación. Las correlaciones entre las distintas preferencias de aculturación y el bienestar psicológico están en la dirección esperada, teniendo una relación negativa el asimilacionismo y exclusionismo con todas las dimensiones de bienestar. Asimismo, estas preferencias presen-tan correlaciones negativas con todas las dimensiones de la sensibilidad intercultural.
El segregacionismo no se relaciona de manera significativa con el bienestar psicológico, ni con ninguna de sus dimensiones No ocurre lo mismo con las dimensiones de la sensibilidad intercultural, donde se correlaciona de forma negativa con implicación en la interacción (r = -,167; p < ,01), respeto por las diferencias (r = -,232; p < ,001) y disfrute de la interacción (r = -,235; p < ,001). La preferencia aculturativa de integracionismo no se relaciona con ninguna dimensión del bienestar psicológico ni sensibilidad intercultural, salvo con confianza en la interacción (r = ,170; p < ,01). Por otro lado, individualismo se relaciona de forma positiva con todas las dimensiones de bienestar psicológico y sensibilidad intercultural.
Correlatos de las preferencias aculturativas
Posteriormente, se realizaron regresiones lineales en dos pasos para cada una de las preferencias de aculturación. En el primer paso se regresionaron el conjunto de las dimensiones del bienestar psicológico. En el segundo paso se incluyó el conjunto de las dimensiones del bienestar psicológico y de la sensibilidad intercultural. En la tabla 3 se muestran los resultados para las distintas regresiones.
En cuanto a la regresión sobre la preferencia aculturativa de asimilacionismo, en el primer paso (F = 8,8; p < ,001) las variables que explican el 17,5% de la varianza son crecimiento personal (β = -,375; p < ,001) y relaciones positivas con otros (β = -,199; p < ,01), ambas disminuyendo esta preferencia. Las dimensiones de autoaceptación (β = ,206; p < ,10) y dominio del entorno (β = -,163; p = ,068) tienen una significatividad estadística tendencial. En el paso dos (F = 13,5; p < ,001), cuando se agregan las dimensiones de la sensibilidad intercultural, la varianza explicada es del 38%, con un cambio en la varianza explicada entre el modelo 1 y 2 de 20,5%. Las variables que aportan en la explicación del asimilacionismo, en este caso, son el respeto por la diferencia (β = -,365; p < ,001), crecimiento personal (β = -,217; p < ,01) y el disfrute en la interacción (β = -,185; p < ,05), todas ellas con betas negativos.
En el primer paso de la regresión sobre exclusionismo (F = 10,4; p < ,001), la varianza explicada es de 20,1%. Las dimensiones del bienestar psicológico que aportan de manera inversa son relaciones positivas con otros (β = -,339; p < ,001) y crecimiento personal (β = -,324; p < ,01), a la vez que autoaceptación lo hace de forma positiva (β = ,322; p < ,01). En un segundo paso (F = 13,6; p < ,001), la varianza explicada es de 38,1%, y se mantiene el patrón de aporte con relaciones positivas con otros (β = -,213; p < ,01) y crecimiento personal (β = -,183; p < ,05) aportando de manera inversa, y autoaceptación (β = ,238; p < ,01) de forma positiva, pero se agregan las dimensiones de respeto por las diferencias (β = -,373; p < ,001) e implicación en la interacción (β = -,175; p < ,05), las aportan en la explicación de forma negativa.
Se realizó una regresión sobre la preferencia aculturativa de individualismo. En un primer paso (F = 3,7; p < ,05) la varianza explicada es de 8,1%, y las variables que aportan son crecimiento personal (β = ,200; p < ,05) y relaciones positivas con otros (β = ,160; p < ,05), ambas aportando de forma directa, a diferencia de las regresiones realizadas a las tres preferencias anteriores. En un segundo paso (F = 3,0; p < ,001), la varianza explicada sube a 12,1%. En este caso, la única variable que aporta en la explicación de la preferencia aculturativa de individualismo es el respeto por las diferencias (β = ,204; p < ,05), y lo aporta de forma positiva.
Se realizó una regresión sobre la preferencia aculturativa de segregacionismo. En un primer paso (F = 1,4; p = n. s.) la varianza explicada es de 3,2%, y la única variable que aporta para la explicación de la varianza es la autoaceptación (β = ,316; p < ,05). En un segundo paso (F = 3,3; p < ,001), la varianza explicada sube a 12,8%. En este caso, la variable que aporta significativamente en la explicación de la preferencia aculturativa de segregacionismo es el respeto por las diferencias (β = ,204; p < ,05), y lo aporta de forma positiva. Además, la autoaceptación (β = ,226; p = ,062) lo hace de forma positiva, pero tendencial estadísticamente.
Por último, en un primer paso se regresionaron las dimensiones del bienestar psicológico, sin encontrar ninguna predictora significativa sobre la preferencia del integracionismo. En un segundo paso, se regresionó las dimensiones del bienestar psicológico junto a las de la sensibilidad intercultural, resultando la regresión tendencial (F = 1,8; p = ,056). En esta última, las dimensiones que aportan en el 7,5% de la varianza explicada son respeto por las diferencias (β = -,347; p < ,001) de forma inversa, y confianza en la interacción (β = ,211; p < ,05).
Conclusiones
El objetivo de este trabajo fue comprender cómo el bienestar subjetivo y la sensibilidad intercultural de personas de la sociedad receptora explican la variabilidad de cada una de sus preferencias aculturativas con relación a la población inmigrante latinoamericana. Estas variables son fundamentales al momento de relacionarse con los inmigrantes, ya que generan expectativas que pueden facilitar o dificultar las relaciones intergrupales y la vida cotidiana de las personas inmigrantes.
Los resultados apuntan a que estas variables efectivamente aportan para la comprensión de estas dinámicas de aculturación. Las preferencias aculturativa más respaldadas fueron las de individualismo e integracionismo, con puntajes sobre el punto medio de la escala de 7 puntos. Este resultado da cuenta del deseo de que los inmigrantes participen en la sociedad chilena mediante el despliegue de estrategias para la movilidad social individual y la incorporación de la creencia en la meritocracia. Así, la pertenencia grupal y el intercambio cultural mutuo surge como un aspecto secundario, supeditado a la adhesión al individualismo como ideología dominante, que facilitaría la adaptación al contexto chileno (Mera et al., 2017 ). El segregacionismo sería una preferencia aculturativa indiferenciada al tener un puntaje neutro, muy cercano al punto medio de la escala, y las preferencias menos valoradas fueron el asimilacionismo y el exclusionismo, ambas con puntajes muy por debajo el punto medio de la escala de 7 puntos. Esto nos indicaría que existe una baja adhesión a creencias negativas acerca de la inmigración y sus efectos culturales, tendiendo más bien a la aceptación de la convivencia intercultural con inmigrantes. En relación con el sexo de los participantes, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en ninguna variable estudiada. Estos resultados coinciden con aquellos reportados por estudios previos con muestras de chilenos (Mera et al., 2017 ; Mera-Lemp, Martínez-Zelaya et al., en prensa), donde el individualismo ha sido la preferencia aculturativa más fuertemente respaldada por los participantes.
Los resultados muestran relaciones entre las distintas preferencias aculturativas, el bienestar y las dimensiones de la sensibilidad intercultural. Estas relaciones no presentan mayor sorpresa al estar en su mayoría en la dirección esperada desde la literatura (Briones et al., 2012 ; Mera et al., 2017; Migliorini et al., 2016). En particular, existiría una relación negativa entre asimilacionismo y exclusionismo con todas las dimensiones de bienestar, así como con todas las dimensiones de la sensibilidad intercultural. Esto nos señala que la valoración negativa y el rechazo de la cultura de los inmigrantes latinoamericanos tiene como correlato un empobrecimiento del funcionamiento psicológico de los miembros de la sociedad receptora, y una menor capacidad para reconocer, aceptar y respetar la diferencia cultural en la interacción comunicativa.
A diferencia de lo observado en estudios anteriores (Mera et al., 2017 ), donde el segregacionismo se relacionó con el bienestar psicológico y social de miembros de la sociedad de recepción, en este estudio no se encontraron asociaciones significativas entre esta preferencia aculturativa y el bienestar, dando cuenta de la necesidad de indagar con mayor profundidad en esta relación en futuros estudios. El segregacionismo sí se asoció negativamente con la dimensiones de la sensibilidad intercultural de implicación en la interacción, respeto por las diferencias y disfrute de la interacción. Esto sugiere que el deseo de que los inmigrantes mantengan sus valores y prácticas culturales en el ámbito de lo privado, para así no poner en riesgo la hegemonía de la cultura local, se vincula con una menor participación en interacciones comunicacionales interculturales, y, como era de esperar, con una menor aceptación de las diferencias culturales y la percepción de malestar en situaciones de contacto.
Por su parte, el individualismo se relacionó con todas las dimensiones del bienestar psicológico, en coherencia con los resultados de investigaciones anteriores que han sugerido que, como efecto de la consolidación del modelo neoliberal, la orientación a la búsqueda de la movilidad social ascendente y la creencia en la meritocracia, pueden facilitar el funcionamiento psicológico y social en el contexto chileno (Mera et al., 2017 ). Además, esta preferencia se relacionó de manera positiva con todas las dimensiones de la sensibilidad intercultural, sugiriendo que en la medida en que los inmigrantes son percibidos como personas con características individuales y no como miembros de grupos, mayor es la conciencia de que los otros difieren en conductas, percepciones y sentimientos en los procesos de comunicación intercultural, aceptándolos y respetándolos, y viceversa.
Con respecto a la relación entre el integracionismo y el bienestar, la evidencia aportada por estudios previos con poblaciones receptoras no es concluyente, debido a que algunos autores (Migliorini et al., 2016 ) han reportado asociaciones positivas entre estas variables, mientras que otras investigaciones realizadas con muestras chilenas han encontrado relaciones negativas (Mera et al., 2017 ). No obstante, en este estudio, el integracionismo no se vinculó con el bienestar psicológico ni con ninguna de sus dimensiones, destacando la importancia de investigar con mayor detalle esta relación en el futuro. Sí se encontró una asociación positiva entre el integracionismo y la dimensión de la sensibilidad intercultural de confianza en la interacción, sugiriendo que mientras mayor es el deseo de que los inmigrantes mantengan sus identidades culturales de origen, y al mismo tiempo adopten elementos de la cultura local, mayor es la percepción acerca de la de la propia capacidad para desarrollar con éxito la comunicación intercultural
Posterior al análisis de correlaciones, se realizaron regresiones en dos pasos para estudiar cada una de las preferencias aculturativas. Todos los modelos estudiados resultaron significativos para explicar las varianzas de las preferencias aculturativas, señalando que las variables en estudio aportarían a comprender mejor estas.
El modelo de regresión sobre el asimilacionismo explica, en un primer paso con las dimensiones de bienestar, el 17,5% de la varianza; en orden de su relación son más influyente el crecimiento personal y relaciones positivas con otros, ambas disminuyendo esta preferencia. Las dimensiones de autoaceptación y dominio del entorno no alcanzan a tener una relación significativa. Al incluir las dimensiones de la sensibilidad intercultural, la varianza explicada sube a 38%. Las dimensiones que aportan de manera negativa en la explicación del cambio a la preferencia aculturativa de asimilacionismo serían la de respeto por la diferencia, el crecimiento personal y el disfrute en la interacción.
La regresión sobre exclusionismo resulta significativa tanto en un primer paso como en el segundo, explicando respectivamente el 20% y el 38% de la varianza. En el modelo con las dimensiones de bienestar, son las de relaciones positivas con otros y crecimiento personal las que se relacionarían inversamente con exclusionismo, mientras que autoaceptación lo hace de forma positiva. Al incluir en el modelo las dimensiones de sensibilidad intercultural encontramos patrones similares con las dimensiones de bienestar, siendo significativas las de relaciones positivas con otros y crecimiento personal de manera inversa, y autoaceptación de forma positiva, siendo también significativas las dimensiones de respeto por las diferencias e implicación en la interacción, ambas también con relaciones inversas.
La regresión sobre individualismo resulta significativa en ambos pasos, explicando el 8,1% y el 12,1% de la varianza, en el paso 1 y 2 respectivamente. Respecto de la regresión del bienestar sobre el individualismo, son el crecimiento personal y las relaciones positivas con otros las dimensiones que aportan en la explicación, ambas de manera positiva. En el segundo paso, la dimensión de respeto por las diferencias aporta en la explicación del individualismo de forma positiva.
El segregacionismo presenta una regresión solamente con las dimensiones de la sensibilidad intercultural dada la no correlación con las dimensiones del bienestar. La regresión con las dimensiones de la sensibilidad intercultural sí es significativa, explicando el 9,4%. Las dimensiones que estarían explicando el cambio en segregacionismo serían el respeto por las diferencias de manera inversa, y la confianza en la interacción de manera positiva. Esta preferencia aculturativa, por lo tanto, tendría otras variables más relevantes a ser consideradas en futuros estudios.
Finalmente, los modelos sobre la preferencia aculturativa de integracionismo resultaron solo tendencialmente significativos con las dimensiones de la sensibilidad aculturativa, con una varianza explicada del 7,3%. Resultaron significativas las dimensiones de respeto por las diferencias, de manera inversa, y confianza en la interacción, de forma positiva.
Tal como señalan los análisis, las dimensiones de bienestar de los miembros de la sociedad receptora resultaron ser relevantes para comprender las preferencias aculturativas de estos, en línea con los reportes de estudios previos (Mera et al., 2017 ; Migliorini et al., 2016). Por lo tanto, el bienestar resultaría un antecedente que se expresa en las relaciones intergrupales. Particularmente, las dimensiones del crecimiento personal y las relaciones positivas con otros disminuirían las preferencias aculturativas que han sido señaladas como precursoras del conflicto intergrupal (asimilacionismo y exclusionismo); mientras que, por el contrario, fortalecerían la preferencia por el individualismo. La autoaceptación resulta reforzando el exclusionismo, sugiriendo que una alta valoración de sí mismo se relacionaría con un mayor grado de etnocentrismo
Por otro lado, y a pesar de que esta relación había sido escasamente estudiada en investigaciones previas, la sensibilidad intercultural resulta ser una importante variable explicativa para todas las preferencias aculturativas. Esto significa que en la medida en que las personas decodifican las diferencias culturales, y confían en su competencia para establecer una comunicación intercultural exitosa, esto afecta de manera importante el grado en que aceptan que los inmigrantes mantengan y expresen sus identidades culturales de origen, y adopten elementos de la cultura local. Esto es particularmente cierto para la dimensión de respeto por la diferencia, la que es transversalmente significativa. En específico, este resultado sugiere que el reconocimiento y la legitimización de un otro culturalmente diferente, que implica la realización de un esfuerzo activo por comprender sus circunstancias (Bhawuk et al., 2008 ; Sirlopú et al., 2015), es un elemento crítico, que determina el tipo de intercambio cultural que se busca establecer con los inmigrantes.
Este estudio tiene varias limitaciones a ser mencionadas. En primer lugar, la utilización de una muestra de conveniencia en el marco de un diseño transversal no permite observar la relación entre las variables estudiadas a lo largo del tiempo. Además, la muestra estudiada está compuesta por estudiantes universitarios. Futuros estudios deberían incorporar muestras más heterogéneas en términos de su nivel socioeducativo, ya que los resultados podrían variar dado su alto nivel formativo. No fue posible incluir medidas que dieran cuenta de la dimensión conductual de la sensibilidad intercultural y las preferencias de aculturación. Además, las preferencias aculturativas se midieron por una escala compuesta por ítems únicos para cada una de ellas. Próximas investigaciones deberían complejizar su medida, con la finalidad de captar distintos aspectos de cada una de las preferencias aculturativas en sociedades receptoras. Tampoco se consideraron otras variables vinculadas con las actitudes hacia los grupos inmigrantes, tales como la frecuencia del contacto intergrupal, la amenaza percibida o los estereotipos.
En resumen, podemos decir que las preferencias aculturativas de la sociedad receptora están influidas por variables individuales que pueden ser entrenadas como la sensibilidad intercultural y distintas dimensiones del bienestar. Al trabajar estas áreas, se podría promover una mayor adhesión a preferencias de aculturación que faciliten una convivencia intergrupal positiva. Esto es de sumo relevante, por ejemplo, en el caso personas que deben relacionarse necesariamente con inmigrantes, como son los trabajadores de asistencia del Estado, profesores y empleadores.
Resumen:
Introducción
Preferencias aculturativas
Bienestar
Sensibilidad intercultural
Método
Participantes
Instrumentos
Procedimiento
Análisis de datos
Aspectos éticos
Resultados
Preferencias aculturativas y su relación con bienestar psicológico y sensibilidad intercultural
Correlatos de las preferencias aculturativas
Conclusiones